LENGUAJE, COMUNICACIÓN Y ÉXITO EDUCATIVO
Por: Néstor Antonio Pardo Rodríguez
Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo
Titulado por la Universidad Nacional de Colombia
Hace poco finalizó el año escolar en muchos países, y
en otros entra en una fase de vacaciones invernales. Pero se acerca una nueva
etapa, que todavía no se sabe si va a ser a distancia, presencial o
semipresencial. Lo cierto es que la forma de comunicarnos y de estimular el
lenguaje, ha tenido cambios fundamentales.
Cazden (1991), expresa que los espacios de la vida
escolar se nos presentan como una multiplicidad de acontecimientos
comunicativos. La escuela, como toda institución social, es un sistema de comunicación. El entramado
proceso que contribuye al aprendizaje se vincula a través de las interacciones
sociales discursivas de maestro – estudiante, padre – hijo, directivo – maestro,
estudiante – estudiante, maestro –padre y las demás que surgen en la comunidad
educativa, y deben ser optimizadas.
El propósito de la educación ha de ser el desarrollo
intelectual del estudiante mediado por procesos comunicativos, debido a que el
ser humano actúa dentro de un contexto social. Es decir, un conjunto de
condiciones que afectan al individuo en determinado momento, lo cual durante el
transcurso del tiempo ha generado en la especie humana el lenguaje y el
pensamiento que son las dos características fundamentales que lo diferencian
del animal.
El lenguaje es una facultad de la mente humana con
base en la cual se codifica o descodifica un mensaje, operacionalizada mediante
una estructura neuropsicológica que está conformada por una red de alta
complejidad de mecanismos y centros nerviosos especializados genéticamente,
desarrollados durante la evolución del hombre, y un proceso de aprendizaje
fundamentado en las experiencias cotidianas y la interacción social del
individuo.
Cada vez es más preocupante, sobre todo para los docentes, el incremento en la cantidad de niños y niñas que ingresan al nivel inicial o preescolar y a primer grado, con serias dificultades en habla y lenguaje que limitan su aprendizaje escolar y social, además que a menudo presentan alteraciones en su comportamiento y socialización.
Se estima que un 10% a un 15% de niños entre el
nacimiento y 5 años de edad experimentan graves problemas sociales y
emocionales, que pueden tener un impacto significativo sobre su funcionamiento
y desarrollo en las áreas de lenguaje, el comportamiento, la cognición y la
preparación escolar (Brauner y Stephens, 2006).
Bustamante y Guevara (2003) explican que en los cursos tradicionales de Español y Literatura, la enseñanza se suele reducir a enfatizar la importancia de la gramática, en cuanto ésta permita alcanzar una buena redacción, es decir, la construcción de textos “correctamente” escritos, según los cánones establecidos por las autoridades del idioma.
Sin embargo, no hay que olvidar que comunicarse no es solo gramática. El proceso de la comunicación consiste en la transmisión, hombre a hombre, de significados con cierto contenido
intelectual o cognitivo, para evocar en otra persona
el mismo contenido, lo cual implica que no es un simple envío de información
con destino a una masa amorfa, sino el intercambio conceptual entre dos o más
interlocutores conscientes, fundamentado en el análisis y orientado a la
aparición o modificación de una conducta.
Es la palabra y no la gramática la que señala un
objeto, un fenómeno, una acción, o una relación. Las palabras nos dan la
posibilidad de analizar los objetos, destacar de ellos las propiedades
esenciales y situarlos en determinada categoría. La palabra es un medio de
abstracción y síntesis, refleja los nexos y relaciones profundas que hay tras
los objetos del mundo exterior (Luria, 1980).
Por otra parte, el mundo físico es para el niño como una nebulosa, parafraseando a Saussure (1982), hasta que llega la palabra a definir cada elemento en sus propiedades básicas; es decir, a elaborar conceptos, fijando los rasgos generales y esenciales de las cosas y los fenómenos de la realidad objetiva (Shardakov, 1980), proceso mediatizado por el adulto y los coetáneos con base en la interacción dialógica y las experiencias previas del individuo.
Con base en lo anterior, toda institución educativa
debería beneficiarse de los servicios del Terapeuta del Lenguaje /
Fonoaudiólogo, puesto que la competencia comunicativa constituye el fundamento
de todo aprendizaje.
La Terapia del Lenguaje / Fonoaudiología es la
disciplina profesional de la Ciencia de la Comunicación Humana y sus
Desórdenes, cuyo objeto de estudio es el proceso de interacción comunicativa
del hombre, visto como el intercambio de mensajes en forma intencional y
relevante entre dos o más participantes
conscientes, y orientado a la aparición de una conducta o actitud
cognitivo - comunicativa que permita el acceso al conocimiento. Ante todo,
busca el bienestar comunicativo de las personas que propicie un adecuado
desempeño social y educativo.
De otro lado, asume al ser humano como generador y
usuario del lenguaje, el cual comprende la integración de cuatro estructuras
principales: neurológica, psicológica, lingüística y social. Esta red de alta complejidad
posibilita la codificación y descodificación del acto comunicativo, traduciendo
en palabras parte del pensamiento del individuo.
Por ello, el Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo
tiene la responsabilidad de profundizar en el estudio de estos eventos y
realizar la correspondiente intervención, liderando la participación activa de
los educadores, la familia y la comunidad.
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